lunes, septiembre 01, 2014

Traducción de la biografía de YOSHIKI. Parte 2. Capítulo 1 - Un chico enclenque



(Podéis encontrar el resto de capítulos aquí.)

Tateyama, Chiba, se encuentra en la península de Boso la cual está rodeada por el océano por sus tres costados. El clima es primaveral durante todo el año.
Hay una hermosa playa de formas sinuosas de 31’5 millas de longitud (50’69 Km). Durante 200 años, desde la mitad del siglo XV fue la gran hacienda del oficial Satomi.

También fue el escenario del libro SatomiHakken Den, escrito por BakinTakizawa.
Este lugar lleno de belleza en sus paisajes esconde aún algunas leyendas antiguas. Tateyama es conocido por ser el mejor lugar para escapar de los fríos bancos de niebla de la corriente del río Kurishio.

Yoshiki nació en esta hermosa ciudad. Desde que nació la salud de Yoshiki era frágil, siendo muy niño sufrió asma infantil. La casa donde se crió hacía esquina en un barrio residencial cerca de la estación de Tateyama.
Sus padres regentaban una tienda de kimonos que iba pasando de padre a hijo. Yoshiki vivía en esta casa en la que el bajo era la tienda. Su madre trabajaba allí también, ayudando a las mujeres a probarse los kimonos. Vivían sin apuros económicos y la tienda tenía éxito. Ya que sus padres trabajaban mucho, gran parte de su tiempo, Yoshiki lo pasaba con su niñera, aunque muchas veces se quedaba con vecinos y amigos de la familia, pues erra un niño adorable y tranquilo.

Su niñera lo llevaba a la guardería o se quedaba con él cuando estaba en casa. A Yoshiki le gustaba jugar solo y además se portaba bien. La niñera lo llamaba Yo-chan y lo quería como si fuese hijo suyo.

A menudo su salud frágil preocupaba a sus padres. Cada vez que la estación cambiaba y jugaba fuera, si atrapaba un poco de frío comenzaba a tener ataques de asma. Sus padres lo velaban día y noche frotándole el pecho y la espalda, pero su salud no mejoraba, el asma le quitaba fuerza física. En cuanto los ataques de asma empezaban, era difícil controlarlos, llegando a derivar en disnea de
reposo (dificultades respiratorias incluso sin esfuerzo físico), por falta de oxígeno llegó a quedarse inconsciente y al borde de la muerte en varias ocasiones. No importaba que fuese media noche o de día, fueron muchas las veces que sus padres se precipitaron con el pequeño Yoshiki hasta el hospital. El niño yacía en una camilla de hospital sin aliento, su cara pálida se parecía mucho a la de su padre que lo amaba profundamente. Siempre le compraba los juguetes que quería y lo llevaba a pasear a la playa cuando tenía un rato libre, la cual estaba a 10 minutos de sus casa andando, a veces incluso iban a pescar.

La habitación de Yoshiki estaba llena de juguetes, pero su favorito era un peluche de tigre que llevaba con él a todas partes. Su amor por los tigres no cambia con los años. Al hacerse mayor empiezan a gustarle las cosas con estampado de tigre e incluso tenía una pequeña colección de accesorios con estampado de piel de tigre.
Su padre también lo llevaba a un zoológico en el cual había un espectáculo con flamencos, le encantaba mirar a esos flamencos rosas, era su espectáculo favorito.

Estos eran los momentos más felices de su infancia, corriendo por la playa, viendo a los flamencos moverse en grupo. Sin embargo, cuando el asma atacaba, esos momentos felices desaparecían en un segundo.
Después de cada ataque de asma tenía que quedarse en cama varios días. Toda la familia vivía preocupada por la salud de este pequeño muchachito enclenque y un tanto enfermizo.

A la edad de cuatro años, Yoshiki le pidió un piano a su madre, de forma completamente inesperada. Unos días más tarde su padre le compró un piano. Su familia no tenía idea de por qué quería aprender a tocar el piano. La única razón que se les ocurría era que había oído a alguien tocar el piano en una escuela de música que había muy cerca de su casa.

Poco después Yoshiki fue aceptado en esta escuela de música, que se encontraba a dos minutos a pie de donde vivía. Aun así había un perro arisco en una de las casas de los vecinos. Era un collie más grande que él y le daba miedo. Se movía pegado a un muro dando pasos muy pequeños cada vez, y así cada vez que iba a la escuela de música.

Sólo había dos niños más a parte de él en su clase de piano. Yoshiki progresaba con rapidez. En cuanto escuchaba una melodía era capaz de encontrar las notas en el piano y podía tocar la melodía sin haberla aprendido previamente.

Yoshiki estudiaba más y mejor que los otros niños, que eran dos o tres años mayores que él. Su profesor de piano no dudaba en mostrar su orgullo y lo alentaba a seguir, “tocas muy bien el piano, pero podrías ser aún mejor si continuases.”

Yoshiki practicaba con el piano espontáneamente, nadie tenía que forzarle a estudiar. Le apasionaba tocar melodías que no había oído nunca. Él aún no lo sabía, pero así empezó a componer sus primeras melodías simples.

Cuando Yoshiki llevaba un año tocando el piano, un nuevo miembro se unió a la familia en julio de 1970, su hermano Kouki acababa de nacer.

Cuando vio a su madre con el bebé en brazos, Yoshiki se sorprendió al ver lo pequeño que era. Miraba a su hermanito dormir en la cuna y le gustaba pensar que al ser él el mayor podría cuidarlo. Sin embargo, pasaba casi todo su tiempo tocando el piano. Mientras aprendía nuevas canciones se olvidaba hasta de la hora.

Poco antes de cumplir cinco años, Yoshiki conoció en la guardería a otro niño, que le llamó la atención por su fuerza física, que él aún resentía por sus ataques de asma. A menudo los niños corrían y jugaban en el patio de recreo, aunque él raramente podía seguirlos. A esta edad tuvo paperas y la varicela, le costó cuatro veces más recuperarse que a otro niño sano, debido a que el asma todavía le sacaba fuerzas.

Un día en la guardería decidió hablarle al niño de constitución musculosa y tan activo, se llamaba Toshimitsu Deyama. Toshimitsu nació el 10 de octubre de 1965. Su constitución fuerte lo hacía parecer más mayor. Vivía a 15 minutos a pie de la casa de Yoshiki e iban a la misma escuela de música. Después de intercambiar unas pocas palabras, Yoshiki y Toshimitsu se convirtieron en buenos amigos.

La madre de Toshimitsu era profesora de piano, por lo que el niño había crecido escuchando música.

Sin importar los años, a través de la secundaria, Toshimitsu y Yoshiki se volvieron inseparables, e incluso compartían el mismo sueño. Sueño que se convertiría en realidad trece años más tarde.

Yoshiki avanzaba rápido estudiando música, y aprendiendo cosas nuevas. Antes de empezar preescolar le dijo a sus padres firmemente: “Quiero ser pianista.”

Aunque era muy pequeño y podría cambiar de opinión, la resolución y determinación con la que hablaba convenció a sus padres.
Tocar el piano lo llenaba de felicidad y podía imaginarse un futuro feliz como pianista.

En abril de 1972, Yoshiki empezó la escuela primaria de Hojo. Por supuesto seguía siendo un entusiasta del piano. Se centraba cada vez más y más, sobre todo en ejercicios más complejos de música clásica. Empezó a escribir sus propias melodías, ahora conscientemente de lo que hacía. Estudiaba día y noche, incluso parecía que el asma le daba una tregua. Por supuesto, no había desaparecido del todo y cuando tenía un ataque de asma todavía tenía que quedarse en cama varios días. Pero ya eran menos frecuentes y en cuanto se encontraba bien se reunía con sus amigos para jugar. En verano iban a la playa a pescar o a atrapar cangrejos, a veces con su hermano pequeño, en una arboleda cercana iban a cazar escarabajos.

Cuando el asma lo dejaba en cama, su madre y su padre se turnaban para vigilarlo y cuidarlo, también tenían que cambiarlo de habitación ya que el silbido que hacía su pecho al intentar exhalar e inhalar aire despertaba a su hermano pequeño. Cada vez que esto le ocurría, Yoshiki entendía que no era un niño normal. “No soy como los demás.”

Cuando se encontraba debilitado por los ataques de asma, Yoshiki se movía más lentamente, a causa de la dificultad respiratoria. Esto causó que tuviese varios incidentes de tráfico. Una de esas veces fue atropellado por una motocicleta por lo que tuvo que ser ingresado en el hospital. Estos incidentes y contratiempos lo hacían ponerse nervioso, lo que hacía que el asma volviese con más fuerza. Estuvo bastante tiempo en el hospital, porque además del asma, le detectaron una alergia alimentaria severa. Su abuela le trajo de Hawai unas tabletas de chocolate con nueces de
macadamia. Yoshiki se comió varias de una sola vez. La reacción alérgica fue tan fuerte que quedó inconsciente a causa de un shock anafiláctico. Su madre lo encontró enseguida y llamó a una ambulancia. La rapidez con la que actuaron los servicios de emergencias le salvó la vida. Después de esto sus padres tenían que vigilar muy de cerca lo que comía.

Cada vez que tenía que ir al hospital se lamentaba de no poder tocar el piano. Sus padres lo visitaban muy a menudo. Él se encontraba torturado por agujas en inyecciones. Escuchaba las palabras de ánimo de sus padres, pero Yoshiki sólo asentía con la cabeza.
Cansado de hospitales, médicos y medicinas empezó a tener una visión bastante pesimista de la vida. “Otra vez acamado. Ni si quiera puedo tocar el piano.” Cuanto más pensaba en el placer de tocar el piano, más duro se le hacía darse cuenta de que por culpa del asma sus ejercicios y clases tenían que ser interrumpidas.

Sonidos roncos salían de su garganta, su pecho ardía y tenía que esperar a que el ataque se le pasase, respirando despacio acostado en la cama. “Puede que si dejo de respirar del todo sea mejor.”-A veces pensaba así cuando le ocurría esto.

Para animarlo, su padre le traía libros de lo más variado al hospital. A Yoshiki le gustaba leer biografías de hombres ilustres, los Curíes, Edison, Lincoln, Schubert y Beethoven causaron una fuerte impresión en el niño. “Puede que si no me rindo, algún día mi sueño se haga realidad.”

Beethoven había perdido el oído y a pesar de eso continuaba componiendo música, gracias a su perseverancia. Beethoven se convirtió en un héroe a los ojos de Yoshiki. En su vida diaria, yendo a la escuela o tocando el piano, Yoshiki se comparaba con el gran compositor alemán. "Quiero ser como Beethoven". Así recuperó un la esperanza y la chispa volvió a encenderse en su corazón de niño.

Por culpa de las numerosas ausencias, Yoshiki a penas pasó el tercer grado de la escuela primaria, por suerte sus profesores tuvieron en cuenta que progresaba rápidamente en sus estudios y era capaz de mantener sus notas a la altura de las de sus compañeros. También tuvieron en cuenta los progresos tan significativos que había hecho al piano. Yoshiki pasaba ahora su
tiempo en casa, leyendo los libros de la escuela, otros libros y tocando el piano. Durante el concierto anual de la escuela de música, la actuación de Yoshiki atrajo la atención de mucha gente. Ese día también interpretó un dueto de piano con su hermano Kouki, que había empezado a ir a la misma escuela de música a los tres años. Mientras estaba de pie en el escenario escuchando los aplausos de la gente se sintió entusiasmado. Empezó a soñar con tocar delante de cientos de personas.

En casa, apagaba la luz de su cuarto y ponía una lamparita en el suelo, encendida, enfocándolo sólo a él y le gustaba imaginarse, mientras estaba tocando en la tenue luz, que tocaba en un gran escenario como los grandes pianistas profesionales. Podía pasarse el día entero tocando y soñando despierto.
Su padre le regalaba cada domingo un vinilo nuevo, siempre de música clásica, y los escuchaba en el estéreo de su padre. Muchas veces iba a la tienda de discos, directamente a la sección de música clásica y examinaba los vinilos con atención, memorizando los nombres de los compositores. Cuando tenía 8 años, por primera vez, él se decidió a comprar dos vinilos con el dinero de su paga. La sinfonía número 5 de Beethoven The Destiny y uno de Schubert, la sinfonía número 8 Unfinished.

Apretando los vinilos contra su pecho se fue corriendo a casa. Los puso en el toca discos de su padre y pudo ver ante sus ojos a Beethoven dirigiendo una orquesta sinfónica. Luego a Schubert con su maravillosa melodía. La música fluía continuamente y esto fascinaba a Yoshiki. Le gustaba soñar despierto con los campos abiertos y magníficos paisajes que se describían en los libros mientras escuchaba música. Parecía que a través de la música de compositores pasados nuevos aires, frescos y dulces soplaban delante de su cara. Así empezó a comprender lo importante que la música llegaría a ser para él a lo largo de su vida.


CONTINUARA...

*Traducido por Diana Abuín, traductora de X Japan Spain
Por favor no compartir sin créditos, gracias

2 comentarios:

  1. Para cuando el otro???
    Con ansias espero ya!!!!
    Perdon mil disculpas por no agradecer en primera instancia!!

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  2. Gracias a ti!! Si no hay contratiempos, cada lunes publicamos un capitulo.

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